Faro en el rio Asón (Colindres) |
Me doy permiso para
que mis potencialidades innatas,
las que todos tuvimos
vuelvan a reaparecer.
Y me doy permiso para
soltar los diques que les impiden
desarrollarse solas,
por sí mismas.
Me permito expandirme
sin esfuerzo, sin fatigas:
dejo que las capacidades
y los sentidos atrofiados
o perdidos al hacerme adulto
vuelvan a desarrollarse.
Recupero las inexpresables
percepciones de aquel niño que fui
y al que los adultos fueron
malentendiendo y cohibiendo
con sus estrechas convenciones,
su cortedad de miras.
(extraído del libro Me doy permiso para.... de Joaquín Argente)
Conchi con sus mascotas ( Willow y Core) |
un cuadro de Core pintado por Conchi |
El gato Isidoro |
Una persona creativa es aquella que tiene percepción, puede ver cosas que no ha visto nadie antes, oye cosas que no ha escuchado nadie antes; entonces hay creatividad.
(osho)
Eucaliptal en el Regatón |
Mari Carmen con su perro Santi |
Alegoría de Roky al atardecer por el Regatón |
Yo montando a Roky año 87 |
Mi pensamiento: Deja de hacer las cosas que has hecho siempre
Sentada en una duna
" En otros lugares
el origen de muchas cosas, puede ser
espiritual. Aquí, la causa de casi todo
es siempre el peso de la materia"
Josep Pla
Me reconcilio con el mundo la mañana soleada, que salgo de casa sin nada que hacer. Sin rumbo. Miento, la brújula de mi corazón me lleva hasta la playa,la temperatura es agradable, me descalzo, puedo andar hasta agotarme...
La brisa cálida en el rostro, los pies fríos. Llegar al Puntal lleva su tiempo. Depende del paso. Andar sola. Sin equipaje, sólo con tus pensamientos. Eres más libre que nunca.
Nada de llevar libros o cuadernos. Nada de música, sólo el ruido de las olas. Dejarte embriagar todos los sentidos. Sé que allí, al final de esta larga bahía, me espera mi duna. Perfecta para descansar, cobijarme en su regazo, soñar. Tiene la altura suficiente para otear los barcos piratas en el horizonte. Y la flora que me permite la intimidad, el escondite. Que bien caminar el tiempo que quiera, a mi ritmo, sentarme el tiempo que necesite...
La ligera brisa me broncea y acaricia al tiempo. Cosquillea la arena en mis pies. Pienso. O no pienso en nada. Me dejo llevar. Diviso al fondo la suave ondulación de mi territorio. Son curvas sinuosas, sensuales, huele a mar y a brezo. Estar en medio de estas grandes dunas es fascinante. Hay que sentarse cuando el sol esté arriba, explosivo, radiante, iluminando cual Dios, a esos seres pequeñitos que deambulan allá abajo. El sol, como león feroz nos deslumbra. El mar al lado, nos empequeñece.
Hay un momento sentada en la duna en que me invade el entusiasmo. No tiene explicación, es una felicidad casi escandalosa, explosiva, sin sentido alguno. No tiene origen, ni raiz definida. Soy feliz, sentada en la duna. Sólo eso. No pienso en nada ni en nadie. Soy.
Hay un momento en que me excluyo de todo. De todos. Por fuera y por dentro. Es como ser el centro del universo. DE repente todo gira en torno a ti. Sólo hay cielo, mar, arena. Pequeñas figuras a lo lejos,difúminandose en el paisaje. La luz del mediodía crea una neblilla delante de tus ojos. Es cegadora.
En mi oasis percibo que soy una mujer solar. Meditérranea. De geranios rojos y ensaladas de tomates y aceitunas negras, de alcaparras y queso de cabra. De tribus de tuaregs. Algún ancestro muy lejano. Quizás del Edén bíblico. Yo que sé. Hay gente que defines con dos palabras. Yo soy de olivos, alcornoques, algarrobos. Esas especies exóticas aquí en el norte. Ver un cacharro de barro me gusta. Ver un ánfora me emociona. Tiendo permanentemente a buscar el sur.
Para resarciar esta necesidad espiritual quizás tenga que montar en camello o aprender a hacer un buen gazpacho. Sacar la gitana que llevo dentro. No creo que sea un asunto díficil. Todo es ponerse.
el origen de muchas cosas, puede ser
espiritual. Aquí, la causa de casi todo
es siempre el peso de la materia"
Josep Pla
Me reconcilio con el mundo la mañana soleada, que salgo de casa sin nada que hacer. Sin rumbo. Miento, la brújula de mi corazón me lleva hasta la playa,la temperatura es agradable, me descalzo, puedo andar hasta agotarme...
La brisa cálida en el rostro, los pies fríos. Llegar al Puntal lleva su tiempo. Depende del paso. Andar sola. Sin equipaje, sólo con tus pensamientos. Eres más libre que nunca.
Nada de llevar libros o cuadernos. Nada de música, sólo el ruido de las olas. Dejarte embriagar todos los sentidos. Sé que allí, al final de esta larga bahía, me espera mi duna. Perfecta para descansar, cobijarme en su regazo, soñar. Tiene la altura suficiente para otear los barcos piratas en el horizonte. Y la flora que me permite la intimidad, el escondite. Que bien caminar el tiempo que quiera, a mi ritmo, sentarme el tiempo que necesite...
La ligera brisa me broncea y acaricia al tiempo. Cosquillea la arena en mis pies. Pienso. O no pienso en nada. Me dejo llevar. Diviso al fondo la suave ondulación de mi territorio. Son curvas sinuosas, sensuales, huele a mar y a brezo. Estar en medio de estas grandes dunas es fascinante. Hay que sentarse cuando el sol esté arriba, explosivo, radiante, iluminando cual Dios, a esos seres pequeñitos que deambulan allá abajo. El sol, como león feroz nos deslumbra. El mar al lado, nos empequeñece.
Hay un momento sentada en la duna en que me invade el entusiasmo. No tiene explicación, es una felicidad casi escandalosa, explosiva, sin sentido alguno. No tiene origen, ni raiz definida. Soy feliz, sentada en la duna. Sólo eso. No pienso en nada ni en nadie. Soy.
Hay un momento en que me excluyo de todo. De todos. Por fuera y por dentro. Es como ser el centro del universo. DE repente todo gira en torno a ti. Sólo hay cielo, mar, arena. Pequeñas figuras a lo lejos,difúminandose en el paisaje. La luz del mediodía crea una neblilla delante de tus ojos. Es cegadora.
En mi oasis percibo que soy una mujer solar. Meditérranea. De geranios rojos y ensaladas de tomates y aceitunas negras, de alcaparras y queso de cabra. De tribus de tuaregs. Algún ancestro muy lejano. Quizás del Edén bíblico. Yo que sé. Hay gente que defines con dos palabras. Yo soy de olivos, alcornoques, algarrobos. Esas especies exóticas aquí en el norte. Ver un cacharro de barro me gusta. Ver un ánfora me emociona. Tiendo permanentemente a buscar el sur.
Para resarciar esta necesidad espiritual quizás tenga que montar en camello o aprender a hacer un buen gazpacho. Sacar la gitana que llevo dentro. No creo que sea un asunto díficil. Todo es ponerse.